jueves, 24 de septiembre de 2009

Honduras: democracia contra republica

Algunos… …se negaban a proponer la votación ilegal……la multitud pedía a gritos
citar juicio a los que se negaban……tuvieron miedo y todos convinieron en
proponerla excepto Sócrates…Este se negó a hacer algo que no fuera
legal.
Jenofonte

Toda república es, en algún grado, democrática; pero no toda democracia es republicana. De hecho los excesos de mayorías democráticas han causado la destrucción de república, tras república, de la remota antigüedad clásica al presente. Tal es el verdadero telón de fondo de lo que ocurre en Honduras. Pero no por ello deja de ser un problema complejo, en el que dejando de lado la tiranía de lo “políticamente correcto” importa entender que no es para nada sencillo tomar posición por uno u otro bando, sino por la legalidad republicana que es lo que se debe defender por encima de cualquier otra preferencia.

Razones sobran para desconfiar de la Fuerzas Armadas Hondureñas, es lamentable, pero es cierto. La Corte Suprema y el Congreso están lejos de la ser modelos excelentes de sus respectivos papeles, eso es cierto, pero en esta región los hay peores. Zelaya ha sido un presidente democráticamente electo, cuya intención de utilizar su democrática mayoría circunstancial para destruir lo poco de de República que existe en Honduras, construir en su lugar una “institucionalidad” a su medida y constituirse en caudillito eternizado de una variante del socialismo radical, es tan pública, notoria, confesada y evidente que resulta sencillamente indiscutible; como obvio es que todo ello lo hace en el marco continental de una serie de esfuerzos por avanzar en un proyecto socialista del siglo XXI, del que eternizar en el poder presidentes originalmente electos en un juego alternativo es parte importante, no única ni definitiva, pero si importante y necesaria al nuevo proyecto socialista, especialmente en circunstancias como las de Honduras.

Así las cosas, la cronología de los hechos es clara y no presenta dudas:

1. La Constitución Hondureña prevé y norma la convocatoria de una Asamblea Constituyente y Zelaya convocó un referendum sobre el tema.
2. Dado que la normativa constitucional le permite al Congreso, no al Presidente, tal convocatoria, la Corte Suprema declaró ilegal la convocatoria del Presidente.
3. El Presidente se declaró en rebeldía contra la Corte Suprema y la Constitución, e insistió en su convocatoria calificando la consulta ilegal de “no vinculante”.
4. Las fuerzas militares, afirmando que obedecían a la Corte y al Congreso lo destituyeron.
5. El Congreso nombró presidente interino intentado cerrar el caso de acuerdo a lo establecido por la Constitución Hondureña.
Por: Guillermo Rodríguez González

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